Siempre que tenemos una presentación importante nos enfrentamos al reto de idear una forma de captar y mantener la atención de nuestro público. Los tiempos actuales demandan mayor creatividad al momento de presentar una idea y al mismo tiempo nos dan las herramientas para lograrlo.

Es importante mostrarse confiados al momento de exponer un tema
En este artículo queremos repasar los puntos centrales para que tus exposiciones sean realmente atractivas y mantengas enganchada a tu audiencia durante toda tu presentación.
Inspira confianza y prepara tu exposición
A nadie le agrada participar en una ponencia en la que el orador mantiene un tono monótono, se queda fijo en el escenario, se le nota nervioso o retraído y, ¡peor!, pasa la mayor parte del tiempo leyendo sus diapositivas.
Por muy bueno que sea el tema, es el conferencista quien tiene el poder para que la charla sea un éxito o un rotundo fracaso. Por lo tanto, el primer obstáculo que tienes que superar es el del nerviosismo.
El público debe percibirte confiado, con una postura corporal que exprese la seguridad que sientes al dirigirte a ellos.
No hay mejor manera de erradicar los nervios que dominando el tema. Si sabes y entiendes lo que vas a decir, podrás concentrarte en la forma en la que presentas la información. Así que es importante que planees con tiempo suficiente tu discurso, que lo memorices y ensayes frente al espejo hasta dominarlo.
Regla de oro: nunca leer
Evita a toda costa leer cualquier guía que tengas. Tu presentación debe ser una extensión de tu discurso, en la que colocas puntos a resaltar, los ejemplos que deseas compartir o los casos que analizarás. Como ya lo mencionamos, no hay nada menos atractivo como una “exposición” de dos horas de lectura calmada en voz alta.
Y seguro te preguntarás, “¿cómo no voy a leer? ¡Si es demasiado lo que tengo que contar!”, la clave está en que estudies el tema hasta entenderlo por completo y hagas una guía de los puntos principales que quieres exponer. Finalmente, elabora una guía del discurso y memorízala.
Además, procura incluir ejemplos, anécdotas, videos o material visual que rompa con tu discurso. Es decir, dedica tiempo para continuar tu explicación con otros recursos y procura mantener un tono conversacional, de esta manera evitarás la monotonía en tu ponencia.
Te compartimos un ejemplo de una excelente conferencia que aplica estas ideas. Se trata de la TED Talk de John Hodgman quien analiza, en clave de comedia, la función del diseño.
Conocer a tu público: la otra cara de la exposición
Como parte de la preparación de tu conferencia está la investigación de tu público. Saber quiénes son los asistentes, a qué se dedican, el lenguaje que manejan y lo que esperan de la exposición te será de gran ayuda para escribir tu guion o discurso.

Proyecta confianza y seguridad ante la audiencia
Con esta información podrás decidir qué temas vale la pena resaltar, qué información es indispensable mostrarles y en qué tono puedes hacerlo. También te harás una idea de las preguntas que pueden surgir y estarás preparado para responderlas.
Resalta ideas e invita a la participación
Procura que tu exposición no esté saturada de temas, elige tres categorías centrales, las más importantes, y desarrolla cada una. Será más sencillo que las personas recuerden las ideas centrales y sigan el hilo de la exposición.
Esta síntesis de ideas te dará la oportunidad de transmitir un mensaje más efectivo y te liberará tiempo para que apeles a tu audiencia, ya sea con preguntas directas o compartiéndoles ejemplos y aplicaciones del tema tratado.
Las preguntas directas son una excelente forma de recuperar y mantener la atención de los asistentes, realízalas en varios momentos de tu exposición. Con ello el público sentirá que forma parte de la exposición y que no son meros espectadores.
El ritmo y formato del discurso
Para lograr una atmósfera atractiva, además de todo lo antes dicho, necesitas variar la forma de hablar en público. Ya no es suficiente con solo presentar la información. Apóyate de ejemplos, varía el volumen de tu voz, apela a experiencias comunes o, incluso, comparte tus propias experiencias.

Utiliza el lenguaje corporal para darle énfasis a tu idea
Además, explora otras formas de discurso. Una opción en tendencia es el storytelling, que significa contar una experiencia o explicar un tema a través de una historia. En esta narración puedes mostrarte como el personaje principal y contarle a tu público cómo superaste un problema o cuál es la historia que trajo este día frente a ellos.
Es un formato tan atractivo porque la atención es inmediata, las personas se interesan por saber quién es el personaje, por qué está aquí, cómo resolvió su conflicto, etc. Si tu tema lo permite, anímate a intentar con nuevos formatos de discurso, esto hará tu presentación más original y atractiva.
Lo más importante: la presencia del expositor
Al final del día, las exposiciones más atractivas no son las que tienen una presentación llamativa, o el escenario mejor montado. Sino en las que el orador aprovecha estos recursos y dirige con fluidez el discurso y la atención de la audiencia. Si esta persona no mantiene una presencia en el escenario, será muy difícil que los asistentes se interesen en su discurso.
No dudes en buscar ideas en internet. Revisa conferencias que te gusten o que hayan dado de qué hablar en redes sociales y analiza los recursos que utilizan para presentar su información. Un buen ejemplo son las famosas TED Talks:
Trabaja en todos los puntos que hemos explicado y, además, presta atención a tu presencia al exponer. Párate derecho, camina por tu escenario, mira a las personas a los ojos, modula tu voz y apóyate en un lenguaje corporal variado.
Sigue todos nuestros consejos y te aseguramos que tus exposiciones tendrán el impacto que esperas en tu audiencia y que nunca olvidarán el gran mensaje que les transmitiste.